Entrevista al autor de “Método de 100 horas para escribir la tesis doctoral”
Conoce acerca del método diseñado para aquellos estudiantes que aún no han terminado de escribir sus tesis y tienen el apuro de hacerlo cuando la hora de entrega está por vencerse.
Entrevista de Fabro Editores al Dr. Victoriano Garza Almanza, autor del Método de 100 horas para escribir la tesis doctoral: Caja de herramientas para el tesista muy apurado.
Entrevista realizada por Fabro Editores 16/04/2019
FE: Hola Dr. Garza Almanza
VGA: ¡Qué tal!
FE: Gracias por aceptar esta entrevista y por su tiempo en este período de vacaciones de Semana Santa 2019. Hablemos un poco sobre su más reciente libro.
VGA: ¡Claro, con todo gusto!
FE: Su libro lleva por título “Método de 100 horas para escribir la tesis doctoral: Caja de herramientas para el tesista muy apurado”. ¿En qué consiste la obra y cómo surgió?
VGA: Es un método diseñado por mí para ayudar a aquellos estudiantes de posgrado –maestría, doctorado o especialidad médica– que aún no han terminado de escribir sus tesis y la hora de entregarla al asesor o a las autoridades administrativas del programa de posgrado está por vencerse. Surgió a partir de mi experiencia de más de 20 años de impartir talleres de escritura de tesis de posgrado en diferentes universidades, y de observar los problemas por los que estaban pasando muchos de los estudiantes.
FE: Ayudarlos, ¿en qué forma?
VGA: A identificar y recuperar de los archivos personales el material que produjeron a lo largo de sus investigaciones de tesis –período que suele ocupar mucho, pues desde que se escoge y defiende el tema, se plantea la propuesta de investigación, se realiza y se termina el proyecto, y al propio tiempo se presentan seminarios y se estudian los cursos, se realizan incontables actividades y a veces pasan varios años metidos esto–. Y ya con el material en mano, el manual les ayuda a organizarlo, a manejarlo y a escribir la tesis metódicamente y en un breve espacio de tiempo.
FE: ¿Qué no aprenden a hacer todas estas cosas mientras estudian la maestría o el doctorado?
VGA: Cuando los estudiantes se ponen a escribir sus tesis regularmente aprenden por sí mismos, pues la enseñanza sobre cómo se redacta la tesis no forma parte del currículo de las carreras, además de que muchas universidades –como las mexicanas– carecen de programas formales donde se impartan talleres a quienes se preocupen por aprender a escribir sus tesis. La mayoría de quienes escribieron su tesis de maestría o disertación doctoral lo hicieron apelando a sus propias habilidades y recursos intelectuales; es decir, a ciegas.
FE: ¿Qué tan común es que los estudiantes de posgrado no terminen sus tesis y cómo les afecta?
VGA: Más común de lo que se pudiera pensar. Sobre todo donde los programas son de calidad y muy exigentes, y no dan concesiones –como pasa mucho en este país– a los estudiantes. Por ejemplo, en los Estados Unidos, que es la nación que más produce doctorados en el mundo y egresan de todas las nacionalidades (bueno, parece que en la actualidad ese primer sitio le corresponde a China, pero produce puros doctores chinos), la tasa de no titulados varía entre el 45% y 55% anual. Aun así, al año se gradúan más de 50,000. De acuerdo al reporte de la National Science Foundation sobre doctorados en ciencia e ingeniería, en 2017 se graduaron 54,862 PhDs en todas las disciplinas. Sin embargo, otro número parecido a ese corresponde a los que se quedaron varados como ABD’s. Parece increíble, pero así son los datos oficiales.
FE: ¿Qué quiere decir ABD’s?
VGA: All But Dissertation, en inglés. Con estas palabras, que se reducen al acrónimo ABD, se significa a quienes hicieron todos los estudios de doctorado de principio a fin, incluyendo la investigación y presentación del examen predoctoral, además de haber presentado los resultados parciales de sus avances en los seminarios doctorales, pero que no pudieron escribir el reporte de dicha investigación, mejor conocido como tesis o disertación. Y si no hay tesis no hay título.
FE: Y, ¿esto pasa en México, por ejemplo?
R: En México y en todos los países donde existan universidades que ofrezcan estudios de posgrado. En México, quienes no se titulan quedan como pasantes de maestría o doctorado.
FE: ¿Y ser pasante de doctorado les sirve?
VGA: En México no sirve de mucho y no es bien visto, particularmente no en aquellos que son docentes universitarios ABD’s, pues no son el mejor ejemplo a seguir en una universidad. No es bien visto que quienes cursaron un doctorado no lo hayan terminado, en especial aquellos que tuvieron una beca de CONACYT o de la Secretaría de Educación Pública, y que por 4 o 5 años se fueran de vacaciones a otro país. De esos pasantes, hay algunos que saben de quesos, vinos, cervezas y costumbres de España o Francia o Inglaterra, pero no de lo que deberían de haber aprendido.
En Estados Unidos es diferente, pues como los ABD’s de allá normalmente tienen un alto nivel de entrenamiento, regularmente califican para puestos a su medida; digamos, intermedios entre la maestría y el doctorado, tanto en posición como en sueldo. Universidades, hospitales, bufetes jurídicos y hasta el sector público, contratan ABD’s. Pero siempre queda el estigma del pasante, al que se refiere Rebbeca Schuman en un artículo, cuando plantea: ¿Qué es peor que obtener un PhD en el mercado laboral de hoy? No terminar uno.
¿Dónde puedo encontrar más detalles sobre los ABD’s?
En: ABD Company. What’s worse than getting a Ph.D. in today’s job market? Not finishing one.
Fuente: http://bit.ly/2VncGWD
FE: ¿A qué se debe que algunos estudiantes no terminen sus tesis?
VGA: Los factores son muchos: personales, económicos, educativos, raciales, sexuales, etc., tú nómbralos; y cuando algunos de esos factores se combinan provocan un efecto sinérgico en la persona, lo que, en los hechos, la aniquilan mentalmente. Los problemas del estudiante de maestría o doctorado durante sus estudios son numerosos, ninguno escapamos a algunos de ellos.
¿Dónde puedo encontrar más detalles sobre las preocupaciones de los estudiantes en el posgrado?
En: Principales problemas del estudiante de posgrado durante el desarrollo de su tesis.
Fuente: http://bit.ly/2rMVFVD
FE: ¿En qué se diferencia su libro de muchos otros que hay en el mercado y que tratan sobre la escritura de la tesis?
VGA: En cuatro aspectos fundamentales. El primero, en que casi todos los libros que existen en el mercado sobre cómo escribir la tesis están dirigidos a los estudiantes novatos, a los que apenas van a comenzar sus estudios doctorales y que ni tema de investigación tienen todavía. El segundo, en que más del 97% de esos manuales están en inglés, son muy pocos los escritos en español o los traducidos a esta lengua, lo que representa un inconveniente a quienes desconocen el idioma. El tercero, en que este libro es el primero en su tipo dirigido preferentemente (pero no exclusivamente) a estudiantes de posgrado que tienen las siguientes características: (a) que ya terminaron sus cursos doctorales, (b) que ya concluyeron su investigación de tesis, (c) que presentaron sus seminarios de investigación, y (d) que ya presentaron los exámenes predoctorales; pero, que (e) desgraciadamente están mortalmente atorados en la escritura de la tesis. El cuarto, en que para escribirlo revisé más de 4500 disertaciones doctorales y tesis de maestría, de las que tamicé valiosa información que no era otra cosa sino las voces de los propios estudiantes, sus inquietudes, sus know-how, y sus muchas maneras de presentar los resultados de sus investigaciones. También revisé más de 100 títulos de libros en inglés sobre cómo escribir la tesis o disertación, incluyendo los bestseller de Amazon en este tema. Todo eso y más está ahí, en mi libro.
FE: ¿Podría mencionar algunas de las universidades de donde procede el material que trabajó?
VGA: Por supuesto. Casi todas las tesis seleccionadas y analizadas provienen de las siguientes universidades: Yale, Princeton, MIT, Chicago, Stanford, Cornell, Harvard, Cal Tec, Columbia, Johns Hopkins, UCLA, Tulane, Davis, Pennsylvania, Rutgers, Virginia, Pittsburgh, Carnegie Mellon, Rensselaer, Ohio, Loyola, UC Riverside, UC Davis, Fordham, Brandeis, Carleton, UT Austin, Tufts, Georgetown, Drexell, y muchas otras más.
¿Dónde puedo encontrar más detalles sobre las características del libro?
En la reseña bibliográfica que se publicó en la revista universitaria CULCyT Cultura Científica y Tecnológica.
Fuente: http://bit.ly/2kAjxaA
FE: ¿Qué otra cosa agregaría en relación al tema del libro, que es el proceso de escribir la tesis bajo condiciones de premura, y sobre el libro?
VGA: Que en los estudios universitarios de posgrado, ya sean de maestría o doctorado, la escritura de tesis, a la que los estudiantes no le prestan atención cuando inician, comienza a adquirir una figura propia y se vuelve cada vez más importante –incluso le llegan a prestar más atención a esta necesidad que a los contenidos de sus cursos finales– a medida que terminan sus cursos y la investigación; es decir, la tesis los intranquiliza más a medida que pasa el tiempo. Poco a poco se van acercando al “terrible momento de tener que escribir la tesis”, como decían algunos de mis ex compañeros del doctorado, lo que metafóricamente les parecía a ellos que era como adentrarse a un bosque umbroso, oscuro, del que desconocían los desafíos que encontrarían e ignoraban si saldrían vivos del lugar. Para nosotros lo fundamental era vencer los retos y escribir la tesis. Sabíamos que sin tesis no habría título. Hasta parece que algunos de ellos vivían dentro de una de esas extrañas historias de Stephen King, con la diferencia de que hubo casos en que la oscuridad ganó, como de hecho así fue en contados casos.
FE: ¿Con este libro agota el tema de la redacción de tesis?
VGA: De ninguna manera. El libro se enfocó a un asunto particular, muy específico, que es el problema de la escritura de la tesis que deja acampanados a los estudiantes con un pie en la universidad y otro en la realidad que espera afuera, y que, al final, quedan como ABD’s: sin el grado universitario y sin el trabajo soñado.
Hace 30 años, más o menos, un grupo de profesores de la escuela de graduados de Ohio State University publicaron un interesante artículo sobre el microcosmos de las tesis universitarias y de cómo, la problemática que su preparación genera entre muchos estudiantes, que es más grande de lo que nadie pudiera imaginarse, ha sido obviada durante décadas por los propios académicos y las propias autoridades académicas de las universidades. Siendo que muchos de ellos vivieron sus propios infiernos cuando estudiantes, pero prefieren echar tierra a esos recuerdos y, lo peor de todo, no apoyar a sus propios tesistas cuando entran en ese territorio pantanoso que es la escritura de la tesis. Bueno, no todos son así, he encontrado rastros en no pocas tesis de que algunos asesores si guiaron a sus asesorados –a los que se denominan mentores–, pero no ocurrió así en la mayoría. Incluso hay quien declara, en el propio documento de la tesis, haberse divorciado o llegar al borde del suicidio. Esto no es extraño.
FE: ¿Con esto nos dice que podemos esperar otro libro relacionado con las tesis?
VGA: Posiblemente.
FE: ¿De qué trataría, si es que nos pudiera dar un adelanto?
VGA: Brevemente le diré que la materia de uno de mis siguientes libros son las tesis escritas por personajes famosos de la ciencia, la política, la literatura, la música, los negocios, etc., de personas que en su tiempo no fueron las celebridades en que se convertirían después.
FE: ¿Nos podría adelantar nombres?
VGA: John Nash, matemático americano (del cual ya publiqué un post sobre su tesis en mi página y que, sin duda alguna, ha llamado mucho la atención); Norman Borlaug, padre de la revolución verde; y Martin Luther King Jr., religioso y activista americano por los derechos de los negros en los Estados Unidos. Los tres ganadores del Premio Nobel. Otro es Oscar Lewis, académico americano que escribió “Los hijos de Sánchez”, un estudio antropológico súper controvertido sobre una familia pobre mexicana de finales de los años 50’s del pasado siglo.
El caso de Lewis es interesante, ya que en 1965 fue demandado por un tipo a nombre de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, misma que agrupaba a numerosos académicos, por considerar que su investigación era un agravio a la sociedad mexicana y al país, y que el libro, originado a raíz de ese estudio, era un objeto obsceno y denigrante.
Los académicos mexicanos de la época criticaron a Lewis por sus métodos de investigación que, como cualquier herramienta conceptual, madura y evoluciona –en especial a manos de quienes hacen ciencia de frontera e innovan–, porque los consideraron fuera del canon de la metodología antropológica ortodoxa de uso en ese entonces en el país, y por otras razones que en la actualidad se consideran infantiles. Pero usted dirá, la asesora de Lewis fue Ruth Benedict –compañera de Margaret Mead– quien a su vez se hizo investigadora bajo la supervisión del alemán Franz Boas, considerado el padre de la antropología americana.
En razón a lo mencionado, los demandantes trataron de que el libro, publicado en español por el Fondo de Cultura Económica (FCE), no volviera a imprimirse. La mentalidad censuradora y retrograda perdió el caso, y el libro se sigue publicando y se puede adquirir hoy día en la librería del Fondo.
Es ahí, en las tesis de los universitarios, individuos que hoy son ricos y famosos, donde se esconden personalidades como las de cualquier sujeto, gente que cometió equívocos, como usted o como yo o como el lector, y que no obstante la buena o mediana calidad de sus trabajos académicos, sus tesis dan pistas de cómo y con quien se forjaron, y que cosas subyacen ahí, entre líneas, que permiten inferir algo en sus trayectorias que les llevó a salir adelante.
FE: ¿Cuál es el título de su post sobre John Nash y dónde se puede encontrar?
VGA: Se titula: La breve pero brillante tesis doctoral de John F. Nash: Del desempleo al Premio Nobel — Publica o Perece.
Fuente: http://bit.ly/2Ktnzwt
FE: Para concluir, ¿puede utilizarse su libro en cursos o talleres?
VGA: El libro es un manual y puede emplearse en cursos o en talleres de escritura de tesis. Tengo un curso que se puede impartir en un semestre, en el cual los estudiantes tienen que hacer un trabajo de 100 horas efectivas con los materiales de sus investigaciones de tesis. Este curso, por ejemplo, lo podría impartir fuera de Ciudad Juárez, Chihuahua, como parte de una estancia o vía online. El taller es de una semana y consiste en 30 horas presenciales, a las que se suman otras 20 para que los talleristas trabajen con sus materiales extra clase. El taller o el curso incluyen el libro, un cuaderno de ejercicios, y otros materiales de trabajo. También debo aclarar que no todos los ABD’s tienen que quedar al margen de la titulación, habrá quienes puedan recomponer su camino e ir por el título. Nunca es tarde. Hay personas, como la Dra. Bernadette Mineo, que han tardado hasta 12 años para titularse, como ella misma lo confiesa. A estas personas el taller puede prepararlas para que terminen sus tesis de una vez por todas.
FE: Si alguien tiene algún interés en los cursos o talleres, ¿a dónde pueden comunicarse?
VGA: Mi correo es vicgarzal@gmail.com
¿Dónde se puede conseguir su libro “Método de 100 horas”?
En cualquier lugar del mundo, a través de Amazon.com o pedirlo directamente a Fabro Editores.
Fuente: https://amzn.to/2Hu5FcW
Victoriano Garza Almanza
Frontera MEXUS
Abril 28 de 2019