LOS VIRUS QUE TE IMPIDEN TERMINAR LA TESIS. PROPOSITO 2020: CONOCERLOS Y VENCERLOS

¿Sabes cuál es el tiempo efectivo que utilizas para escribir tu tesis?

¿Sabes cuál es el tiempo efectivo que utilizas para escribir tu tesis?

Empezar, seguir y terminar la tesis

Terminar de escribir la tesis que se viene arrastrando desde el 2018 o 2017 o desde antes, es uno de los propósitos de año nuevo más comunes entre los estudiantes de doctorado o maestría. El cambio de año llena el ambiente de inspiración y deseos de renovación. Al menos, así parece a un buen número de estudiantes.

Pero la buena intención, los simples deseos de cambiar algo que vienes haciendo de forma inapropiada desde el momento en que tuviste que empezar a escribir la tesis, la invocación a la musa y otros ardides más, todo eso es insuficiente para que el asunto de la tesis se resuelva como por encanto. Repetir los mismos esquemas de comportamiento de tiempo atrás, sin reflexionar sobre qué cosa puede estar ocasionando la falta de progreso en tu tesis, eso conduce a lo mismo, a la frustración y a la perdida de otro año más.

Los virus del tesista

La tesis no se escribe sola. Para hacerlo tienes que identificar y contener esos “virus” que impiden que progreses en la escritura de la tesis. Ni tu asesor ni tus compañeros te sacarán del apuro. Tienes que ayudarte a ti mismo reflexionando sobre qué pudiste haber hecho equivocadamente: (1) para no empezar a escribir la tesis, o (2) para no continuar escribiéndola cuando te empantanaste a la mitad; detectando y conociendo tus fallas; ponderando el efecto que tienen en tu quehacer; y, evaluando cómo las vas a sujetar o a manejar para que no te hagan más daño. Los “virus” conductuales que desalientan el esfuerzo de los tesistas son varios.

Virus de la página en blanco

La página en blanco es el virus más común del tesista ágrafo, de aquel estudiante que por múltiples razones no escribe su tesis. Estar frente a la página en blanco de un cuaderno, o ante la página Word o Pages en la pantalla de la computadora o el iPad, puede ser sobrecogedor. He conocido estudiantes de doctorado que se quedaron paralizados mirando por horas a la página en blanco, bloqueados e incapaces de escribir absolutamente nada durante días, semanas y, lamentablemente, hasta años. La consecuencia es obvia, nunca la escribieron.

Virus de la procrastinación

El virus de la procrastinación es quizá el segundo que más perjudica al tesista. En apariencia el estudiante está en el proceso de empezar a escribir su tesis, pero para comenzar siente la necesidad de ira al refrigerador por una cerveza fría, o a la cafetería de la esquina por un galón de espresso americano. Para espabilarse y mientras la cerveza o el café hacen efecto, se le ocurre ver un capítulo de su serie del momento en Netflix o Amazon Prime Video. De pronto se acuerda no había telefoneado a su pareja; peor aún, ¡no ha visto las novedades en las redes sociales! O comienza a navegar por internet. Y así, el garabateo del primer párrafo de la tesis se posterga para después. Al final del día, el tesista se auto justificará pensando que lo que hizo no fue una pérdida de tiempo, por la sencilla razón de que aún no era el momento ideal para empezar la tesis.

Virus de la sobresaturación informativa

Otro virus importante que incide en la no escritura de la tesis es la sobresaturación o sobrecarga informativa. Hay jóvenes tan estudiosos e inmersos en sus temas, que los investigan y documentan hasta la saciedad. Todos los días buscan en las bases de datos y en las revistas insignia de su disciplina, qué cosas nuevas se han publicado. Leen todos los artículos que les interesan, toman notas de cada uno, hacen biblio-genealogías buscando las relaciones de unos autores con otros, escriben mensajes electrónicos, discuten sobre su investigación con cualquiera que se deje; en fin, lo saben todo y hasta conjeturan sobre la evolución de ese su pequeño campo disciplinar. Creen que las tienen todas consigo, pero su debilidad está en que no saben por dónde empezar al momento de tener que ponerse a escribir, o se estancan a la mitad porque encontraron nuevos datos reveladores. Esta situación mina su confianza y los hace susceptibles al virus de la página en blanco. Están sentados en el cofre de oro y no saben qué hacer con él.

Virus de la desorganización

El virus de la desorganización es tan común como el catarro en invierno e igualmente dañino cuando uno tiene las defensas bajas, o sea, cuando no se tiene idea de qué hacer para ordenar y sistematizar el caos de material de trabajo. Este virus se puede controlar si el tesista tiene toda o la mayor parte de la información de su investigación y notas –desde que eligió e indagó su tema hasta el último seminario de tesis–, y luego la concentra en un solo sitio. En seguida se procede a poner orden en los archivos digitales e impresos. El problema con la desorganización de años es que muchas veces se pierden datos importantes que pueden afectar o retardar la redacción de la tesis.

Virus de los formatos de tesis

¿En qué consiste este? En qué formato o esquema debe aplicarse a la tesis. La verdad es que no existe ningún formato de tesis estandarizado; de hecho, existen decenas de esquemas. Y cuando un programa de posgrado no ha caracterizado uno o dos o tres formatos modelo de tesis para sus estudiantes, esto los mete todavía en mayores aprietos. Las disciplinas científicas se rigen por el formato IMRYD, las ingenierías utilizan capítulos o estudios de caso, las humanidades recurren al ensayo, etc. Pero también pasa, por ejemplo, que las ciencias sociales utilizan el formato IMRYD y las biológicas la monografía o tesis de artículos.

Cada formato tiene un modo particular de manejar y expresar los contenidos, y si el estudiante tiene la oportunidad de escoger un formato para su tesis, es recomendable que busque el que mejor se adecue a su investigación para darle mayor fuerza a la presentación de su tema y mayor claridad a sus resultados.

Por otro lado, algunos programas académicos obligan el formato IMRYD, y, lo cierto, no todas las investigaciones de tesis encajan en este esquema. Esa falta de madurez de algunos programas, que obligan que a que el estudiante escriba su tesis en uno y nada más que un formato, es como querer meter en un traje de mariachi mexicano a Clint Eastwood, Lee Van Cleef y Eli Wallach para filmar The good, the bad, and the ugly (El bueno, el malo y el feo), cuando ese traje, en otro contexto, es lo que les da fuerza a la caracterización de Steve Martin, Chevy Chase y Martin Short en los Three amigos.

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Bueno, malo y feo.png

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Three amigos.png

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Virus de la desmotivación

Comenzar a escribir la tesis es un gran paso, ahora hay que aguantar el ritmo. Y aguantar el ritmo quiere decir: mantenerse motivado hasta entregar el último y mejor borrador para su primera revisión. Mantener la motivación, con sus altas y bajas de ánimo y situaciones personales, es primordial para el tesista. No puede dejar de lado por muchos días su trabajo porque corre el riesgo de caer en la página en blanco o procrastinar o dejarse caer. La motivación, tanto la que viene de afuera como la automotivación, la que sale de adentro, son en conjunto un aspecto clave que el tesista casi nunca toma en cuenta, y son la fuente de su ánimo.

Colofón

Para comenzar a escribir tu tesis no te esperes a que dé inicio un nuevo año, cualquier día es un buen día para empezar. Como a su manera dijo Lin Tai Wao: Cada día en tu vida es una página en blanco que tienes que llenar haciendo lo que en tu interior sabes que debes hacer… aunque no tengas ganas de hacerlo.

En Método de 100 horas para escribir la tesis doctoral: Manual de sobrevivencia para el tesista muy apurado, hay una amplia guía para que el estudiante (1) haga una autoevaluación de sí mismo respecto a la escritura de la tesis, (2) conozca y maneje sus virus –hay varios más de los que en este artículo menciono–, y (3) se presentan 24 diferentes formatos de tesis.

Mayor información sobre la tesis:

MÉTODO DE 100 HORAS PARA ESCRIBIR LA TESIS DOCTORAL: Manual de sobrevivencia para el tesista (muy) apurado. Fabro Editores.

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Para la elaboración del “Método de 100 horas” analicé más de 4500 tesis doctorales y de maestría, la gran mayoría proveniente de las universidades de mayor reputación en los Estados Unidos. Destaco en la obra las tesis que proporcionan los ejemplos de mayor utilidad al estudiante que va a escribir o está escribiendo su tesis de posgrado (maestría o doctorado). La preparación del libro se respalda con más de 25 años de enseñanza de escritura de tesis y escritura científica en distintas universidades. Lo puedes adquirir a través de Amazon.com en cualquier país en que te encuentres.

Manual útil para talleres de escritura de tesis de posgrado y para asesores de tesis.

Victoriano Garza-Almanza

Ciudad Juárez, Chihuahua

Frontera MEXUS

Lunes 6 de enero del 2020